
Los profesores organizaron en el
Teatro de Fundaland un desfile, para que el que se hubiera inscrito previamente
en el concurso, mostrara a los demás su disfraz al ritmo de la música. Todos
votaron a sus compañeros y finalmente, los tres que consiguieron más votos, se
llevaron un diploma.
¡Después nos pusimos las botas con patatas, refrescos y como
no podía faltar ese día… con muchas chuches!